¡Y las villas de lujo enamoran!
Brillante, risueña, enamoradiza, encandiladora, magnífica, soñadora, familiar, muy tradicional. Estos y otros miles de adjetivos califican a una isla que, ubicada en un punto estratégico del Mar Mediterráneo, es sencilla y llanamente espectacular .Y es que Menorca, como Sevilla, tiene un color especial. De costumbres muy arraigadas ycon unas villas de lujo que fácilmente enamoran a todo el que se aloja en ellas, esta isla balear no tiene desperdicio alguno. Y si no, lee esto y termina de encapricharte de ella.
Menorca, como decíamos, es una ínsula donde la tradición pervive por mucho que pasen los años. Y pervive en todos y cada uno de los ámbitos que esta puede abarcar (gastronomía, arquitectura, fiestas, y un largo etcétera). La ensaimada menorquina, el famoso queso de Mahón, la internacional salsa mahonesa, el gin y uno de los platos fuertes, la caldereta de langosta, son solo algunos de los productos que forman parte de la tan popular como exquisita cocina de Menorca.
La arquitectura es uno de los puntos fuertes de la isla. Todas y cada una de sus calles tienen su propio encanto y es frecuente ver por ellas a los transeúntes extranjeros admirando, entusiasmados, hasta el más mínimo detalle. Las fachadas de sus casas y villas de lujo, sus vías, estrechas y empedradas, y hasta sus monumentos más representativos, propios de épocas prehistóricas, se convierten en auténticos símbolos de la tradicional Menorca.
Sus fiestas son otro de los elementos típicos de una Menorca que no da tregua al aburrimiento. Dentro de las fiestas de Menorca, la de Sant Joan, que se celebra en junio, es la más conocida. En ella, el caballo es la máxima representación y, con su tradicional jaleo, encandila a todos los asistentes. Los bailes típicos y la vestimenta desempeñan también un papel protagonista.
Y si hay algo que no podamos olvidar de Menorca es su apasionante apego familiar. A esta isla se le conoce por ser muy familiar. Tanto, que se la ha catalogado de ser la más familiar de las Islas Baleares, esa a la que cada año acuden multitud de progenitores acompañados por sus pequeños.
Menorca, como puedes ver, no solo no tiene desperdicio sino que, además, merece la pena. Si tienes pensado irte de vacaciones en verano, te proponemos esta isla como mejor destino y te invitamos a conocer nuestras villas de lujo.
Porque en ella, la tradición te espera.