Uno de los destinos vacacionales más codiciados en verano es Menorca. Su atractivo paraje de playas de arena blanca, preciosas aguas mediterráneas y zonas verdes hacen de ella un sitio ideal para perderse. Para los turistas más soñadores, una opción ideal es visitar las calas escondidas. Todas ellas, apenas tocadas por la mano del hombre, son excelentes para un plan íntimo con la pareja, o un viaje solitario de redescubrimiento de la identidad personal.
Hay tres que ningún visitante apasionado debería pasar por alto durante su viaje.
1.-La playa de Llucalari
La playa de Llucalari es un ejemplo extraordinario. Su pequeña y grata extensión de arena se oculta en medio de un laberinto de acantilados, salpicados a su vez de vegetación y belleza.
Su principal atractivo es que, al ser difícil de abordar, carece de la masa de turistas de las zonas más conocidas y accesibles; con lo cual, es el plan perfecto para las personas que desean disfrutar de naturaleza inexplorada. De hecho, solo es posible alcanzar Llucalari a pie o en bicicleta desde el Camí de Cavalls, un sendero histórico de la isla y un añadido cultural maravilloso si se pretende emprender la aventura de llegar a Llucalari e impregnarse de la belleza de su paisaje.
2.- La cala de Fustam
Junto a la costa sur, la sed de aventuras puede conducir a la cala de Fustam, otro sobrecogedor paisaje inaccesible y desierto en el sentido humano del término. Porque, en todos los demás, Fustam está llena de vida. Esta pequeña y espectacular playa se encuentra abrazada por múltiples y densos bosques. El azul turquesa de su mar invita a darse un baño y entrar en comunión con el entorno sin ruidos, chiringuitos ni voces que perturben la paz que ofrece.
3.- La cala Trebalúger
Una tercera opción es la Cala Trebalúger, completamente ausente de presencia humana en numerosas épocas a lo largo del año. Es comprensible, pues es una de las más inaccesibles al encontrarse a hora y media de la Cala Mitjana. Si buscas el silencio profundo de la meditación y una soledad relajante y reparadora, Trebalúger, con su desembocadura serpenteante y los bellos árboles circundantes, es tu lugar.
4.- Llucalari, Cavalls y Trebalúger
Llucalari, Cavalls y Trebalúger, a cuál más increíble. Un plan de viaje alternativo al turismo de masas debería articularse en torno a la visita triangular de estas tres calas, cuyo principal encanto radica, justamente, en la ausencia de hoteles y comercios. Sin duda, imprescindibles en un gran viaje a Menorca.