Cuando paseamos por la costa menorquina podemos tener la absoluta certeza de que nos vamos a encontrar paisajes llenos de colorido y contraste. Ese es, precisamente, uno de los mayores atractivos de visitar Menorca en cualquier época del año.
Aunque si lo que vamos buscando es una playa mágica, una naturaleza asalvajada que nos cautive, quizá una visita a Els Alocs sea lo más recomendable. Y es que descubrir esta escondida y bonita playa de guijarros es una manera de conocer toda la isla, sobre todo si aprendemos a descubrir tanto lo que hay en ella como a sus alrededores. Veamos paso a paso por qué:
La belleza del paisaje norteño
Si paseamos por Els Alocs y sus inmediaciones, nos toparemos con el azul transparente del Mediterráneo, un paisaje rocoso de piedras rojas que parece de otro mundo y una arena tan amarilla que pudiera haber capturado la luz del sol. Esto es lo que define al paisaje del norte de Menorca. Els Alocs es una forma muy sugerente de conocer esta zona de la isla.
Flora y fauna endémica en su hábitat natural
No podemos dejar de mencionar las amplias extensiones de bosque y vegetación que rodean Els Alocs en un tierno abrazo. Podemos pasear o hacer senderismo bajo las copas de los árboles y descubrir así las especies vegetales y animales autóctonas que pueblan y dan vida a Menorca. Como el arbusto aloc que da nombre a la playa.
Intimidad en un impresionante paisaje arenoso
La playa, como hemos dicho, está cubierta de guijarros y canto rodado. Al ser una zona protegida, es fácil perderse en la soledad de este bello paisaje. Pero además, en las inmediaciones encontramos una geografía de dunas que nos conecta con la también preciosa cala de Algaiarens.
Un refrescante baño al atardecer
Otras playas turísticas están normalmente llenas de visitantes. Aunque ese ambiente también resulta agradable y divertido en Menorca, en ocasiones todo lo que deseamos es darnos un baño a la puesta de sol sin nadie mirando. Para eso, Els Alocs es una de las calas más recomendables. Estaremos solo nosotros con el mar y la naturaleza.
No cabe duda de que esta encantadora playa es uno de esos tesoros escondidos de Menorca que, a simple vista, puede pasar desapercibido. Pero una vez lo hemos descubierto, será difícil que el recuerdo no se quede con nosotros para siempre.
