Descubrir Menorca es sinónimo de descubrir playas de arena blanca, acantilados, bosques y otras maravillas naturales y no tan naturales. Su flora y su fauna autóctonas son dignas de contemplar durante un paseo entre los bosques al atardecer, o practicando una actividad de senderismo al comenzar la mañana. Para los amantes de la naturaleza y de los animales, descubrir la fauna de Menorca puede ser una experiencia irrepetible. Sin duda no vas a volver a casa sin saber un poco más sobre los tranquilos y eternos habitantes que pueblan los senderos, las plantas, las flores y los troncos de los árboles.
Para hablar de la fauna de Menorca, antes hay que hablar de la flora, que a menudo circunda las innumerables calas que rodean en anillo el contorno de la isla. Un tercio de la isla, quizá más, está ocupado por espacio verde, y en concreto de bosques de pinos en el centro y hasta el sur; encinares, también en la zona céntrica y en muchos barrancos; y de olivos silvestres. En zonas un poco más húmedas hay tamariscos y juncos, y podemos apreciar la belleza de la azucena de mar en áreas desérticas.
Estos ejemplos son solo unos pocos, hay más, pues la diversidad de Menorca a menudo es inabarcable. Como lo es también la de la fauna de Menorca, es decir, ese conjunto de animales que pueblan estos paisajes que acabamos de describir. Entre los habitantes silvestres de Menorca, es decir, los habitantes de los bosques en zonas secas y húmedas, se encuentran los conejos, los hurones y los erizos, por ejemplo, campando a sus anchas entre la vegetación y haciendo sus propias madrigueras. Tampoco faltan los reptiles, como tortugas, lagartijas e incluso serpientes, aunque no son venenosas ni suponen en general ningún peligro para las personas.
Pero si hemos dicho que Menorca es tierra de calas, de panorámicas impresionantes de las aguas azul turquesa del Mediterráneo, sería un error olvidarnos de la fauna de Menorca que vive bajo ellas. Por ejemplo, el pez verde, la barracuda, la doncella y las lisas, que suelen aparecer en grupo en torno a muchos puertos. Por último, no podemos olvidarnos de la naturaleza domesticada por la mano de las personas. Las vacas frisonas y las vacas rojas pastan en zonas agrícolas y contribuyen a aumentar el sector de la ganadería en la isla. Menorca es, por lo tanto, un lugar precioso y lleno de vida.
¡Te invitamos a descubrir la flora y la fauna de la isla de Menorca!