Menorca es un lugar mágico por muchas razones y eso ya lo sabemos. Para empezar, por sus playas de arena blanca y mar transparente, todo un paraíso sobre todo durante los meses estivales, cuando brilla el sol y nos invita a darnos un baño. También, por sus zonas boscosas, sus pueblos pesqueros, sus acantilados o sus monumentos talayóticos. Es difícil elegir qué visitar.
Pero sea cual sea nuestro itinerario y la duración de nuestra visita a Menorca, no deberíamos pasar por alto la oportunidad de conocer la Isla del Aire. Este pequeño trozo de tierra lleno de vida merece un nombre tan poético, pues está aislada del resto de la isla, dando lugar a un espacio independiente en el que podemos encontrar tesoros fascinantes. Veamos los mejores:
Fauna endémica de excepcional belleza
La condición de aislamiento de la Isla del Aire es justamente lo que ha propiciado que, con el paso del tiempo, haya aparecido vida endémica única que solo es localizable en ella, como los reptiles y especialmente las lagartijas. De hecho, es aquí donde apareció el primer caso de un reptil capaz de polinizar plantas.
Una historia apasionante
La fauna endémica no ha surgido de la nada, es resultado de los 9000 años que la Isla del Aire ha permanecido separada del resto de Menorca. Esto es una consecuencia del desarrollo geológico y físico natural, es decir, de numerosos procesos que han acontecido a lo largo de todos esos años. Por eso es muy interesante estudiar el pasado de la isla.
Un poco de arquitectura
Aunque la Isla del Aire está deshabitada, pues se trata de una joya de la biología que debe ser conservada, sí podemos encontrar en ella un faro, una preciosa construcción de rayas blancas y negras que alcanza los 38 metros de altura y que entrona Menorca, saludando a los viajeros que ven la isla en la distancia.
Ubicación de ensueño
La isla se encuentra al sureste de Punta Prima, que además es una de las playas más bonitas de Menorca. ¿Qué mejor plan que contemplar esta maravilla de la naturaleza antes o después de tomar el sol sobre una alfombra de arena blanca y disfrutar del sonido del mar?
En definitiva, la Isla del Aire es un lugar emblemático de Menorca que merece la pena descubrir, sobre todo si quieres saber cómo surge la vida en entornos tan aislados.