Evocar el precioso paisaje menorquino es rememorar sus radiantes costas de arena blanca besadas por el Mar Mediterráneo. Sin embargo, y aunque sus calas y sus playas destacan, conviene señalar que Menorca es un paraíso de belleza natural y diversión vacacional en numerosos ámbitos.
Además podemos distinguir las numerosas y variadas opciones de entretenimiento y relax que podemos encontrar en la isla, una de las más bellas del archipiélago balear, si acotamos por zonas y cuadrantes.
Así, merece la pena destacar el norte, un compendio de parajes vírgenes o cuasivírgenes, y núcleos poblacionales cuyo encanto sabe cautivar a los viajeros con independencia de su procedencia.
1.- Cala Pregonda:
Si hablamos de calas, con Cala Pregonda, el norte no se queda corto. Es una de las más famosas, y su relieve es resultado de zonas boscosas, aguas transparentes y la suave arena de la costa. La ausencia casi completa de turistas y las sugerentes vistas del Faro de Cavallería la convierten en una estampa de postal; y sus extremos rocosos, así como la abundante vida marina, invitan a practicar el snorkel.
2.- Cala Tortuga:
Por otro lado, no podemos pasar por alto Cala Tortuga. Aunque su nombre parece indicar lo contrario, no es un asentamiento pirata, pero eso no la hace menos atractiva. Es fácil acceder a ella, pues está a unos 20 minutos del faro de Favàritx, y el espectáculo del mar rompiendo contra las rocas en invierno es digno de ser contemplado.
3.- Fornells, el pueblo de pescadores:
Darse un baño en estas fabulosas calas abre el apetito y despierta las ganas de hacer vida social. Por suerte, en el norte de Menorca se encuentra Fornells, hogar de pescadores. En él, es posible divertirse practicando esta vieja tradición, todavía muy viva entre sus habitantes, y degustar riquísimos platos de la gastronomía marina del Mediterráneo. Además, la Torre de Fornells, erigida por ingleses en el XIX, ofrece panorámicas espectaculares de la isla.
4.- Acantilados de Cabo de Cavallería:
También al norte, los acantilados de más de 90 metros del Cabo de Cavallería lucen sobrecogedores al caer la tarde. En sus alrededores podemos encontrar la playa del mismo nombre, y un faro que regala unas vistas marinas increíbles. Muy cerca de allí, es posible encontrar yacimientos arqueológicos romanos. Entre ellos, la antigua ciudad de Sanisera, de 2.000 años de antigüedad.
Estas y otras razones convierten el norte de Menorca en un espacio único que merece la pena explorar. El viento del norte o Tramuntana acompaña en el periplo.
Y tú, ¿te animas a conocer el norte de Menorca?